Si eres un ser humano deseoso por triunfar, estoy seguro de que periódicamente te propones alcanzar objetivos, conquistar nuevos sueños, superar barreras que te hagan ser mejor en tu familia, en tus estudios, en tu trabajo, con tu pareja, en tus finanzas, en las diferentes áreas de tu vida en las cuales quieras generar un cambio progresista y positivo.
Independientemente de lo que estés buscando en tu vida para que esta sea mejor, te voy a brindar una sugerencia la cual puedes colocar en marcha desde ya para acercarte de manera importante a tus metas… ¡Primero debes creértelo! Con esta frase, me refiero a que debes iniciar acciones, comportamientos, relaciones sociales, que te hagan sentir como si ya hubieses alcanzado el objetivo que te propusiste. Vamos directamente con algunos ejemplos.
Un nadador que quiere llegar a las olimpíadas no comienza su preparación diciendo: “Voy entrenar levemente, sin mucho esfuerzo, para no cansarme tanto. Pero me juro a mí mismo que en cuanto llegue a las olimpíadas, el día de la competencia, ese día voy a dar el 100%, voy dar lo mejor de mí, pondré mi mayor esfuerzo para conseguir el oro”. En primer lugar, debo decir que si a algún nadador, futbolista, jugador de baloncesto, o de cualquier disciplina, piensa como el ejemplo anterior, muy difícilmente (por no decir nunca) llegará a las representar a su país en las olimpíadas, ni a ser el mejor en su categoría. En segundo lugar, los atletas de talla olímpica entrenan de tal manera que alcanzan niveles adecuados para participar en las olimpíadas, es decir, primero generan acciones y comportamientos de un atleta olímpico, para luego llegar a serlo.
Lo mismo ocurre en nuestra vida diaria. He visto en gran cantidad de oportunidades, personas que con una extraordinaria convicción dicen: “Cuando sea gerente, o líder, voy comenzar a leer libros de liderazgo, voy a empezar a confiar en mis compañeros para poder delegar, voy a darle consejos, o coaching, a mis empleados; pero solo arrancaré cuando me asciendan”. Pues debo decirte que las personas de éxito trabajan desde ya, tal como el ejemplo del nadador. Si quieres que te promuevan en tu trabajo, comienza a creértelo, a tomar actitudes de líder, de gerente, y generar comportamientos. De esta manera, a comenzarás a ser ejemplo de lo que quieres alcanzar. Estoy seguro que dentro o fuera de tu departamento existen personas que notarán tu actitud de líder, tus comportamientos acordes o mejores a los de cualquier gerente que actualmente se desempeñe en la compañía. Y es entonces cuando alguna, o varias de estas personas (en cuanto surja la oportunidad) apostarán por ti para otorgarte un ascenso, nuevas responsabilidades, nuevos retos; ya que de alguna manera lo vienes haciendo desde antes.
Sin embargo, de la mano con esta actitud hacia una mejora en tu vida, debe venir unida una palabra fundamental: “Humildad”. Debes comenzar a comportarte de acuerdo a lo que quieres llegar a ser, eso sí, con los pies muy bien puestos sobre la tierra, ¿por qué? Por dos cosas: primero, porque todavía no lo eres y puedes llegar a generar en otros la percepción de: “¿Qué se cree este, actuando de esa manera?” “¿Quién se ha creído?”, lo cual puede llegar a ser muy contraproducente. Es entonces cuando debes mantener una actitud muy equilibrada con lo que vayas construyendo, de manera de no convertirte en un desubicado; segundo, porque esa misma humildad te servirá de práctica para el momento en que de verdad sea tuya esa meta.
Entonces desde ahora comienza a practicar lo que quieres ser, no esperes hasta mañana para realizarlo. En la medida que seas constante, decidido y disciplinado con acciones optimistas y progresistas, estarás en condición de alcanzar los resultados en cualquier área de tu magnífica vida.
Como recomendación puedes realizar la siguiente actividad práctica:
Haz una lista de las actividades que deberías iniciar a hacer en mayor cantidad, las cuales son cosas que propiamente pensabas que harías en el momento que logres los objetivos que tienes en mente.